La responsabilidad como valor ético y su influencia en el comportamiento humano
Fecha
2009-03-17Autor
Ochoa Torres., Linnette Lecley
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
El valor de la responsabilidad en el hombre está inscrito en su naturaleza y
sólo de él depende el ejercicio de dicho valor, allí es precisamente donde yace la
autonomía del hombre, por lo tanto, es de donde surge la decisión de obedecer a su
naturaleza para así complacer a la razón o de seguir ciegamente sus placeres para
instalarse en lo que la inclinación dictamine como bueno. Si bien la responsabilidad
es connatural al hombre, la realización de ésta depende en gran medida del vínculo
adecuado entre varios factores inherentes a la acción humana, como lo son: la
voluntad, el hábito, la educación y el mismo pensar. Del ejercicio de la
responsabilidad se desprende la convivencia, la cual crea un espacio digno en donde
la vida recobra fuerza y en donde se abre cabida a la pluralidad con la ayuda del
diálogo y la tolerancia. La lucha dentro de las sociedades sólo dejan ganadores y
perdedores en un espacio de sobrevivencia, esta lucha es aupada por el
individualismo el cual hace de la convivencia una verdadera utopía. La convivencia,
en cambio, tiene su fundamento en el diálogo, en este espacio hay lugar para la
felicidad y es éste precisamente el fin del hombre dentro de la sociedad. Si bien la
voluntad del hombre no apunta a un fin determinado ya que ella es desinteresada y
actúa sólo en miras a la humanidad desde una perspectiva positiva, no hay que negar
que lo que es bueno para la humanidad reposa innegablemente en un estado de
bienestar que se refleja en lo que es la felicidad. La responsabilidad aparece como una
sola en cualquier contexto, esto es, que ella es un valor aplicable en la misma medida
a cualquiera que sea el rango de acción del hombre, ella es posible en la medida en
que la voluntad lo decida, así, desde la particularidad del individuo, se forma a la
pluralidad de las sociedades. El correcto obrar del hombre descubre a una voluntad
regida por la razón en donde la humanidad tiene su verdadero espacio, así el hombre
crea su entorno.