La filosofía positivista de Augusto Comte : influencia y reacción en las ciencias sociales
Fecha
2007-06-22Autor
Paredes Villegas, Gustavo Adolfo
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En el siglo XX en la filosofía de la ciencia y en las ciencias sociales, surgieron una serie de reacciones en contra de las ideas positivistas que Augusto Comte había propuesto a mediados del siglo XIX, para el estudio de la sociedad. Tales ideas no eran otras que el modelo fisicalista que desde Bacon, Galileo y Descartes se había constituido como el paradigma para el estudio de los hechos físicos y naturales. De allí que Augusto Comte fuera heredero del método experimental y uno de los primeros en plantearlo de forma más organizada., aunque algunos filósofos especialmente de la ilustración, mucho antes que él habían intentado aplicar este método para el estudio de la sociedad. Si bien el positivismo de Augusto Comte sentó las bases para el estudio científico de la sociedad, sus limitaciones y contradicciones dejaron el camino abierto para posteriores cuestionamientos provenientes tanto de la epistemología como de las ciencias humanas, que más tarde se convertirían en teorías, métodos y paradigmas. En este contexto, a comienzos del siglo XX con las ideas de Wilhelm Dilthey y Max Weber principalmente, florecen nuevas corrientes que enfatizan el estudio de los valores y de las prácticas cotidianas de los individuos, en lugar de las estructuras sociales como las relaciones económicas, la burocracia, las instituciones políticas, entre otras. No obstante, a partir de la década de los 70 y 80 los nuevos paradigmas en las ciencias sociales pretendieron integrar estas dos propuestas, es decir, incorporar en el estudio los aspectos macro - micro, lo objetivo - subjetivo, lo estático - dinámico, las regularidades incertidumbres, el orden - conflicto y lo holístico - fragmentario, como una forma más adecuada de explicar y comprender la realidad, que permitiera superar las limitaciones tanto de los interpretativitas como de los neopositivistas. Este paradigma no era otro que el de la Complejidad, que ofrecía una visión multidimensional de la realidad, capaz de incorporar dialógicamente los elementos que en principio eran considerados por aquellas corrientes como contradictorios. De esta manera, podemos observar que a lo largo del siglo XX el positivismo ha vivido su auge y descenso en las ciencias humanas, aún cuando esté presente con algunas variaciones en el mundo científico.