Integración monetaria en el MERCOSUR : análisis de alternativas a partir de la teoría de las áreas monetarias óptimas
Resumen
Desde 1950 se considera prioridad formar una unión monetaria entre los países
que participan en algún proceso de integración comercial como vía para alcanzar
mayor credibilidad de la política económica, menores costos de transacción y
bajas tasas de inflación (Lacayo, 2000). A partir de ese momento, los países
interesados en lograr estadios superiores de integración se concentraron en
atender tres elementos esenciales de las relaciones internacionales: 1) apertura
de la economía, 2) importancia de la economía nacional y su posición dentro del
sistema internacional, y 3) evaluación de la posición interna de las fuerzas
públicas frente a los actores sociales (Gretschmann, 1994), lo que se mantiene
hasta hoy, permitiendo el desarrollo de la vertiente de integración que surge de los
acuerdos para la adopción de una moneda común o de la irreversibilidad de los
tipos de cambio entre las monedas de uso corriente de un grupo de países.
Dicho proceso representa un área de libre comercio con una moneda única, para
la cual es necesaria la total liberalización de los movimientos de factores, la
integración de la banca y de los mercados financieros, así como la eliminación de
los márgenes de fluctuación mediante la fijación irrevocable de los tipos de
cambio, es decir, la integración monetaria. Bajo determinadas circunstancias se ha
logrado que el referido proceso emprendido a través de la imposición de una
disciplina cambiaria deviniera de simetrías macroeconómicas, en regiones
proclives a afectaciones por shocks externos, pero con libre movilidad de factores
de producción como mecanismo para corregir el desempleo y equilibrar la balanza
de pagos (Mundell, 1961; Tavlas, 1993; Saucedo, 2009). También se ha logrado
disminuir la velocidad y frecuencia de las crisis cambiarias, impulsar la
convergencia de las economías, incentivar la integración comercial y financiera,
mejorar la sincronización de los ciclos de las economías y disminuir la probabilidad
de perturbaciones asimétricas, cuando el proceso de unificación monetaria se
lleva a cabo utilizando el enfoque de la estabilidad prematura del tipo de cambio
(Solbes, 2000; Temprano, 2003, 2005)

