Dora cumple 120 años
Resumen
Dora fue llevada por su padre al consultorio de Sigmund
Freud y diagnosticada como histérica en 1900. Cuando ella
abandonó el consultorio después de manifestar cortésmente
su desacuerdo con la interpretación que el psicoanalista
hacía de su rechazo a los avances sexuales del mejor amigo
de su padre, nunca imaginó que su proceso analítico breve
(ocho sesiones apenas), publicado cinco años después, sería
desde entonces y hasta hoy permanentemente citado por
los psicoanalistas como ejemplo de una histeria. Y también
como ejemplo de los errores en la orientación de la cura,
como propuso Jacques Lacan, y en la interpretación de lo
que Dora contaba a Freud, como hacen las psicoanalistas
y feministas, como J. Mitchell y E. Dio Bleichmar.
Compartimos la posición de Colette Soler: la lucha necesaria
por la igualdad de derechos ciudadanos no autoriza a
sostener la posibilidad de una igualdad de los goces
singulares de cada sujeto del inconsciente. Dora was taken by her father to Sigmund Freud’s office and
diagnosed as hysterical in 1900. When she left the office, after
politely expressing her disagreement with the psychoanalyst’s
interpretation of her rejection of her father’s best friend’s
sexual advances, she never imagined that her brief analytical
process (just eight sessions), published five years later, would
be from then until today permanently cited by psychoanalysts
as an example of hysteria. And also as an example of
the errors in the orientation of the cure, as Jacques Lacan
proposed, and in the interpretation of what Dora told Freud,
as do psychoanalysts and feminists, such as J. Mitchell and
E. Dio Bleichmar. We share the position of Colette Soler:
The necessary struggle for equal citizen rights does not
authorize the assumption of the possibility of equality for
the singular jouissances of each subject of the unconscious.