La ornamentación del cuerpo como máscaras del sujeto
Resumen
Reconocer la significación de las necesidades del sujeto no es fácil y una de las representaciones corporales incidentes para que el sujeto se auto-reconozca y sea interpretado por los otros es la ornamentación del cuerpo o maquillaje (máscara y disfraz), pues sería una forma de emitir mensajes importantes a los otros, además puede convertirse en marca personal. Este decorado como cuerpo-escrito detenta desempeños diversos en la comunicación, parte del complejo sígnico y expresión simbólica enunciativa, es decir, una recreación de una relación espacio-tiempo con el universo, pues cuentan una historia o reflejan cuadros situacionales como si se tratara de recuerdos imborrables. Además son manifestaciones subjetivas que tienen la estrecha comunión con lo patémico y va más allá de la simple conjugación antropo-social-cultural. De hecho en las instancias referentes a lo colectivo, el cuerpo se convierte en atmósfera semantizada, en cosmos edificante de signos, códigos, significados y sentidos, los cuales intervendrán en una simbiosis con el mundo como contexto y articulado con la serie de potencialidades para construir sentidos, nos ofrece infinitas posibilidades de interpretaciones abriendo un compás para las resignificaciones en la cotidianidad, por lo cual involucramos a la ontosemiótica o semiótica de la afectividad-subjetividad como método, pues en ella el sujeto es un texto que se puede leer y dueño de una arquitectura sensible. Desde esta perspectiva se abre una brecha por donde la ontosemiótica deja ver al sujeto como discurso.