Cantos de arrullo y estudios decoloniales: la naturalización de las epistemes dominantes o cómo se hegemoniza desde la sutileza del canto
Resumen
En nuestra América, las músicas se mezclaron con todo lo que significó el proceso de colonización, articulándose diversas sonoridades propias de los diferentes contingentes
humanos que poblaron estas tierras; y, aunque la fuerza de los conquistadores logró establecer una hegemonía social y cultural, no obstante, los grupos subalternizados
lograron incorporar su capital cultural para dejar evidencia de un proceso que aunque asimétrico, no fue aséptico o inmune a la dinámica de los intercambios culturales.
Esta evidencia pretendo mostrarla en los cantos de arrullo, que expresan visiones de la configuración de tres culturas y dos mundos: la cultura negra, india y española, y, el mundo eurocentrado y el de la periferia. Los cantos de arrullo hacen referencia al tema de dormir a los niños, razón por la cual son un medio privilegiado para la introyección
de mensajes y representaciones que definirán más adelante su identidad social, y como cada sociedad tiene una representación particular de lo que es ser hombre o mujer y el lugar que deben ocupar, es aquí donde los cantos de arrullo revisten una gran importancia para los estudios decoloniales: a partir de los mensajes expresados repetitivamente en nanas y canciones, se va instalando una representación del tipo de persona que se es y del lugar que deberá ocupar en la clasificación social del trabajo. A partir de ese reconocimiento, un “tipo” de episteme dará orden y sentido a todas sus acciones. Por tal motivo presento una revisión de cantos de arrullo en Venezuela y otros países latinoamericanos, desentrañando los significados expresados para develar cómo opera la colonialidad
desde el mundo de la tradición, las memorias musicales, y la intimidad del encuentro madre/hijo en canciones con las que cientos de generaciones hemos crecido y soñado. In our America, the music was mixed with everything that the colonization process meant, articulating various sounds typical of the different human contingents that populated these lands; and, although the force of the conquerors managed to establish a social and cultural hegemony, nevertheless, the subalternized groups managed to incorporate their cultural capital to leave evidence of a process that, although asymmetric, was not aseptic or immune to the dynamics of cultural exchanges. I intend to show this evidence in the lullaby songs, ones, which express visions of the configuration of three cultures and two worlds: black, Indian and Spanish culture, and the Eurocentric world and that of the periphery. Lullaby songs refer to the theme of putting children to sleep, which is why they are a privileged medium for the introjection of messages and representations that will later define their social identity, and since each society has a particular representation of what it is to be man or woman and the place they should occupy, it is here where lullabies are of great importance for decolonial studies: Based on the messages repeatedly expressed in lullabies and songs, a representation of the type of person one is and the place they should occupy in the social classification of work is installed. From this recognition, a “type” of episteme
will give order and meaning to all their actions. For this reason, I present a review of lullaby songs in Venezuela and other Latin American countries, unraveling the meanings expressed to reveal how coloniality operates from the world of tradition, musical memories, and the intimacy of the mother/son encounter in songs with the that hundreds of generations have grown and dreamed of.
