Presentación
Resumen
Si un hipotético Rubén Darío se atreviese a hacer hoy una lista de “raros” de la literatura venezolana, de seguro incluiría a Juan Liscano entre los autores destacados de su selección. Personalidad polémica y escritor prolífico, Liscano (1915-2001) es figura fundamental en el desarrollo de la cultura venezolana del siglo XX debido a sus aportes a la poesía, a la labor fundacional en los estudios del folklore en nuestro país, a sus incursiones como gerente en Monte Ávila -la editorial del Estado-, a su trabajo como editor y promotor cultural en proyectos como la revista Zona Franca, a su posición crítica frente al capitalismo tanto como al marxismo, a su interés por investigar e historiar la literatura venezolana, a su marcado interés por el esoterismo, la astrología, el budismo y la reflexión ética y mística, entre muchos otros temas y ámbitos que mantuvieron ocupadas su vida y pluma. Todo ello lo hace, por tanto, un ser lleno de contradicciones y variaciones, un “raro” en la serializada y uniformizante sociedad de hoy, donde el medieval “aprendiz de brujo”, el maestro en todas las artes, es un ser mitológico, un estorbo para las nuevas realidades. En ocasión de conmemorarse este año 2015 los cien años del nacimiento de Juan Liscano, el Centro de Investigaciones y Estudios en Literatura y Artes (CIELA) de la Universidad Nacional Experimental de Guayana ofrece este homenaje desde las páginas de la revista Actual, homenaje que resulta ser más una invitación a seguir reflexionando sobre el inocultable aporte de Liscano a nuestra cultura. Para ello, tres trabajos componen este dossier: el primero de ellos, elaborado por Carmen Rodríguez, titulado “Juan Liscano y su manera de poetizar el mundo: la búsqueda de su identidad americana”, se acerca a los temas predominantes de la poesía de Juan Liscano y su aporte a la tradición literaria en Venezuela, destacando particularmente su “americanismo” como necesidad de encontrar una identidad, un lugar que conocía a medias. El segundo trabajo, escrito por Roger Vilain, titulado “Reflexiones para jóvenes capaces de leer: una primera aproximación a su discurso ético”, describe desde el recuerdo de su experiencia como lector adolescente el llamado a la crítica a la sociedad moderna que realiza Liscano y resalta en él el llamado a la acción que inducen esas páginas. Por último, Diego Rojas Ajmadreconstruye el itinerario de la historiografía literaria hecha en Venezuela y resalta los aportes del trabajo de Liscano en ese ámbito de la investigación histórica, en un trabajo que lleva por título “Panorama de la literatura venezolana actual: la historia de la literatura según Juan Liscano”. Un homenaje, en definitiva, que desea ser un desagravio para conjurar el olvido