La comunicación en el aula. Uso de la inteligencia emocional y la comunicación no verbal en la enseñanza de ética en las escuelas de medicina
Resumen
La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura) en respuesta a las complejas repercusiones
de los avances de la ciencia y la tecnología en la sociedad,
crea en 1993 el programa de Bioética. Uno de los campos de acción de
este programa es precisamente la educación en bioética.
La Universidad de Los Andes por su parte ha venido haciendo
esfuerzos por despertar el interés en la comunidad universitaria por la
ética, especialmente en el área de la salud, materia esta imprescindible
en la formación de los futuros profesionales. Uno de esos esfuerzos ha
sido el realizar eventos multidisciplinarios para discutir sobre Bioética
y Derecho Médico. En el último encuentro realizado en Mérida en
2004, el Prof. Amnon Carmi Cátedra de Bioética de la UNESCO, señaló
que una década después de recopilar información en cinco continentes,
se había concluido que existe una necesidad urgente a nivel mundial
de enseñar bioética en las escuelas de medicina y que precisamente
el programa UNESCO contempla el establecimiento de una red
mundial de universidades que quieren enseñar esta disciplina.
Por consiguiente, solicité la incorporación de nuestra universidad
a este programa. Ahora como miembro contribuye con la publicación
de la versión en español que he realizado del segundo de una serie
de libros en Bioética que la UNESCO publicará en los próximos años.
La Comunicación en el Aula es un breve y elemental texto dirigido
a aquellos que van a enseñar ética, trata de manera práctica la importancia de la aplicación del conocimiento sobre la inteligencia
emocional y el lenguaje no verbal para lograr una adecuada comunicación
entre profesores y alumnos, conexión esencial para que haya motivación
y aprendizaje. La correcta enseñanza de la ética en las escuelas
de medicina y su aprendizaje, deben resultar en el futuro en una
deseable buena relación entre médicos y pacientes y por tanto en una
buena atención médica como consecuencia de una mejor formación
profesional.
Mi pequeño aporte dentro de la universidad ha sido insistir de
distintas maneras el reconocer la importancia de la formación integral
de nuestros profesionales, al incorporar la enseñanza y además la puesta
en práctica de los principios de ética médica. De esta forma, creo fehacientemente
que es posible modificar la conducta del médico en bien
del paciente, mediante la educación ética de los profesores y de los estudiantes
en las escuelas de medicina. Espero que el uso de este libro
sirva para estimular e iniciar esta tarea no sólo en nuestras escuelas de
medicina, sino también en las de otros países de habla hispana, para
que la enseñanza y el aprendizaje de la ética no sean letra muerta, sino
un proceso dinámico que se convierta en una “experiencia inolvidable”,
que cuando a esos estudiantes les llegue el momento de estar frente
a los pacientes reales, asuman el rol de ser sus servidores al tomar las
decisiones apropiadas que vayan en provecho del paciente, su familia
y su entorno y que a la vez redunden en beneficio de los profesionales
de la salud y de las instituciones asistenciales y educativas.
Quiero finalmente resaltar mi reconocimiento a la Universidad
de los Andes, por estar siempre dispuesta a brindar apoyo para realizar
acciones como la presente, que llevan la intención de propiciar una
educación médica integral que redunde en favor de la comunidad.