Lo autoral en el grabado de Goya. Del oficio ignoto al reconocimiento del creador
Resumen
El grabado fue durante siglos una disciplina de carácter servil cuya función era la de ilustrar textos o reproducir imágenes de carácter denotativo por lo que la figura del grabador era considerada la de un artesano hábil, capaz de convertir una imagen en matriz para luego reproducirla mecánicamente un determinado número de veces. Sin embargo, encontramos entre los siglos XVIII y XIX a la figura de Francisco de Goya, un excepcional grabador español que fue capaz de elevar el carácter meramente reproductivo del grabado en metal y convertirlo en un lenguaje plástico autónomo, con características plásticas de altísimo valor estético y con una carga conceptual de profunda mirada incisiva, lo que se puede aseverar como una superación de las limitaciones técnicas y temáticas del grabado en metal hasta la fecha, para ser convertido en una disciplina artística plena y completamente autosuficiente. En este sentido, se aborda la idea de autoralidad expuesta por Terrosi, concepción que indica el reconocimiento de la autoría de la obra, es decir, la valoración del trabajo del artista como autor y no como simple artífice. Se exponen aspectos por los cuales Goya logró superar la condición de artífice que aun imperaba para la época, al menos en el terreno de las artes gráficas, y alcanza el reconocimiento oficial como creador más allá de la obra pictórica en función del alcance de su obra seriada.